Este viernes, al menos 152 palestinos resultaron heridos en un enfrentamiento con la policía de Israel dentro del complejo de la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén. La mayoría de las lesiones entre manifestantes palestinos fueron provocadas por balas de goma, granadas de aturdimiento y golpes por parte de los policías.

Mediante un comunicado, la policía israelí expuso que cientos de palestinos arrojaron petardos y piedras contra sus fuerzas y hacia el área de oración judía cercana del Muro de los Lamentos en la Ciudad Vieja después de las oraciones matutinas de Ramadán. Posteriormente la policía ingresó luego al recinto de Al-Aqsa para “dispersarse y hacer retroceder a la multitud y permitir que el resto de los fieles abandonaran el lugar de manera segura”.
Por su parte, el primer ministro israelí, Naftali Bennett, precisó “Estamos trabajando para restaurar la calma, en el Monte del Templo y en todo Israel. Además de eso, nos estamos preparando para cualquier escenario y las fuerzas de seguridad están listas para cualquier tarea”.