Como parte de su estrategia para reconquistar el poder político nacional, extremistas antinmigrantes están amenazando con provocar una “guerra civil”. La amenaza de violencia política, es abierta y explícita, incluso es difundida de forma cotidiana en redes sociales y medios de comunicación, por fuerzas derechistas que pertenecen a un Partido Republicano que es subordinado por Donald Trump.

Durante mítines políticos, manifestaciones y marchas realizados por los extremistas de derecha prevalecen símbolos y referencias racistas, un ejemplo de ello es la bandera de la Confederación pro-esclavista de la primera Guerra Civil, junto con imágenes y consignas neofascistas.
Entre los múltiples mensajes que destacan se encuentran “Parece que una guerra civil será inevitable”, y “Tendremos guerra civil antes de que Biden llegue a ser presidente”
Recientemente una investigación de ProPublica y de The Washington Post, indicó que más de 650 mil mensajes de este tipo fueron subidos a Facebook amenazando con una guerra civil, así como ejecuciones de políticos y otro tipo de violencia, entre el día de las elecciones presidenciales y el 6 de enero con el asalto al Capitolio.
Actualmente Donald Trump, insiste en emplear una retórica diseñada para justificar la violencia política. Trump escribió a sus seguidores “Los demócratas, incluido Biden, son viciosos, violentos y brutos de la izquierda radical”, tras criticar el manejo de la política exterior y doméstica.

La retórica empleada por Trump está dirigida a las mismas fuerzas que no sólo expresan su disposición a emplear la violencia, sino que están armadas. En 2020 fueron compradas alrededor de 23 millones de armas de fuego, logrando un incremento del 64% en comparación del 2019. La mayoría de los compradores se identifican como conservadores o republicanos y anteriormente la justificación más frecuente para su compra era para cacería o uso deportivo, pero ahora argumentan que es para “autodefensa”.
Analistas políticos como Stephen Marche, Adam Winkler y Noam Chomsky siguen expresando su sorpresa porque, de repente, un sector significativo de este país aparentemente está dispuesto a disputar la política mediante la violencia.