Esta semana se realizó en Tabasco la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO), en una sesión encabezada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Sin embargo mucho más allá de los temas que se trataron en ella, hubo un suceso que acaparo la atención, pues este evento significó la reincorporación de los gobernadores disidentes de la Alianza Federalista a la CONAGO.

La Alianza Federalista surgió en 2020, entre los estados miembros se encontraban Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán Nuevo León y Tamaulipas, provenientes de los partidos del PAN, PRI, PRD, Movimiento Ciudadano e independientes.

En su momento, la Alianza Federalista, implicó la ruptura de la CONAGO y un polo de oposición política al gobierno de la Cuarta Transformación y a las principales políticas impulsadas por el presidente López Obrador.

Pero lo que se presentaba como un equipo opositor, ahora quedó en cenizas, la Alianza Federalista no existe más, ya que durante la reunión se vio convivir cordialmente a todos los mandatarios incluyendo a los partidos de oposición, el fin de esta alianza se venía venir, y se confirmó cuando el gobernador de Guanajuato, el panista Diego Sinhue Rodríguez declaró desde Villahermosa que ya se le daría sana sepultura al proyecto.

El rompimiento de la alianza se debe en parte a que el presidente y su partido mantienen tasas de aprobación altas, además, de la falta de liderazgos claros y respetados entre los gobernadores de la oposición.

Cabe destacar el trabajo que desde su llegada ha desempeñado el secretario de gobernación Adán Augusto López Hernández, quien ha sostenido encuentros con los mandatarios y jefes de oposición con el fin de subsanar diferencias y lograr una agenda común, trabajo que reconoce el presidente López Obrador, quien ha declaró que las buenas prácticas y modales del secretario le han aligerado mucho la carga.
